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“Es fundamental respetar a la persona que se ha subido al escenario”

Al llegar a la oficina de Pentación Espectáculos en el Teatro de la Latina, veo multitud de carteles colgados en las paredes. 28 años de historia y montajes que había visto sin saber que estaban producidos por Jesús Cimarro. Al entrar en su despacho, me recibe chaqueta y sin corbata un hombre con las ideas muy claras pero con ganas de seguir avanzando en esto que a algunos les molesta, la industria cultural. “Tengo un defecto, me gusta trabajar”, nos dice. Se muestra orgulloso del crecimiento arrollador de sus cinco ediciones del Festival de Mérida que se estrena hoy llevando a Paloma San Basilio a escena.

Jesús Redondo- ¿Qué nos depara este año el Festival de Teatro Clásico de Mérida?

Jesús Cimarro- Pues nos deparan siete estrenos mundiales y un concierto sinfónico con Ara Malikian de protagonista y luego, lo más importante, que son textos inéditos, el 90% de ellos, que nunca se han representado en el Teatro Romano de Mérida. Esas son las premisas que este año tiene el festival.

 

JR- ¿Qué te atraído de estos textos inéditos?

JC- Bueno, esta es la quinta edición del festival que yo dirijo y tenía claro que no podía estar repitiendo Antígonas, Medeas y Edipos. Este es el único festival que tiene temática grecolatina, grecorromana, y hay que producir para ese espacio -ten en cuenta que es un teatro de 3500 localidades, es el teatro más grande de España, con un escenario de 50 metros-, algo que no es fácil, y hay que pensar en cosas que no se hayan hecho. Una cosa que pensé en ese momento, fue en que esta era la edición en la que había que intentar dar un salto y que los títulos que estrenásemos se pudieran representar dentro de veinte años, como se representan las Antígonas y los Edipos. Hemos descubierto nuevos textos escritos por autores contemporáneos y no hay mucha gente que escriba sobre temática grecolatina-grecorromana en la actualidad.

JR- Es la 62 Edición del festival, ¿qué tiene este escenario que supone un paso hacia adelante en la carrera de todo actor?

JC- No soy el más indicado para decir que le supone a un actor, yo lo veo desde fuera, pero creo que trabajar en Mérida les supone un espaldarazo para su carrera. Mostrarse en ese espacio o encumbra o te mete una cornada… Creo que, a la mayor parte, les encumbra y, para sus carreras, hay un antes y un después en Mérida.

JR- Recogiste el festival desprestigiado y con cuatro millones de euros en pérdidas, ¿cómo se afronta este reto?

JC- Mirando hacia adelante, eso es lo primero, y sin olvidarse del pasado, intentar marcar un punto y seguido. Y con esa filosofía empezamos y, sobre todo, pensando en el público, que en eso es en lo que yo pienso. Hay gente que me dice que hay que pensar también en la cultura y en el arte, y yo siempre digo, “yo pienso en la cultura y en el arte, pero sobre todo en el público porque a alguien va dirigido todo lo que hacemos y ese alguien es el público”. Si no tienes en cuenta al público es muy difícil. El aumento de espectadores no es casualidad, se ha triplicado, la curva es muy clara, no es habitual que en plena crisis haya esta subida tan espectacular. Que un festival crezca no sólo es importante para la gente que nos dedicamos a la gestión y a la industria cultural sino para el entorno en el que se desarrolla esa actividad y para el país. Estamos hablando de que en este país tenemos turismo y tenemos cultura, sobre todo, y si lo mezclamos, el turismo cultural es una potencia en si misma que los políticos no tienen en cuenta y hay que hacérselo ver con este tipo de datos,… Hay muchísima gente que viene de fuera y tenemos los datos de Madrid, de Andalucía, de Cantabria, de Ceuta y Melilla, de Cataluña, de Galicia,… y del extranjero. Hay mucha inversión que se queda en la región por un acto cultural.

JR- Es el quinto año consecutivo de Pentación en la dirección del festival, ¿qué ha aportado a nivel artístico?

JC- He intentado que vaya muchísima gente que nunca había pisado Mérida, en el ámbito de la actuación, en los directores, en los escenógrafos, en las empresas productoras,… En fin, a muchísima gente que nunca había estado en Mérida les he dado cabida, sobre todo porque hay una cosa muy clara, cuanta más gente haya, mejor para el ámbito artístico del festival. Estamos hablando de que en cada edición del festival, en tan sólo dos meses, se estrenan siete u ocho espectáculos, que es más de lo que producen los centros culturales públicos, y no espectáculos de uno o dos actores, sino espectáculos grandes, con muchísimos actores.

JR- Espectáculos que no solo se quedan en Mérida…

JC- Esa es una de las proyecciones que tiene el festival, que, además de hacerlo en Mérida, los montajes pueden girar, y el nombre del festival está continuamente girando. El año pasado se generaron 7.500 noticias del festival. En mi primer año, el año 2012, se generaron 1500 noticias. El impacto económico y mediático de la edición pasada tuvo un valor, no lo digo yo sino lo dice Kantar Media, que es la empresa que se contrata para hacer estos seguimientos, de 37 millones de euros. No hay campaña institucional que pague eso. Nos han dado muchísimos premios en estos años y eso es de agradecer pero lo más sorprendente es que nos están dando premios a la Promoción Turística, es sorprendente como la gente del turismo ve claramente la importancia que tiene el festival, más que la propia gente de la cultura. Soy un defensor de la industria cultural, hay veces que a la gente le fastidia ese término, pero es la única manera de que haya una inversión por parte de los poderes públicos porque cuando los poderes públicos ven que se demuestra con datos que esa inversión que se ha hecho es rentable, se les puede exigir que se invierta en cultura.

JR- El festival también se suma a la programación Off, ¿hay que darle protagonismo a este formato en este tipo de festivales?

JC- Yo lo llamo potenciar el teatro de base porque trabajamos con los grupos locales, con las escuelas de teatro,… Eso al final son futuros espectadores y futuros actores o futuras personas que van a estar integradas en el entorno y hay que cuidarlos, es la cantera.

JR- ¿Cómo descubriste tu pasión por la gestión de las artes escénicas?

JC- Empecé muy joven en el campo de la organización. En aquella época no se llamaba gestión ni producción, se llamaba organización. Empecé con quince años fundando un taller de teatro. Ya tenía las ganas, empezaron en el instituto. Y con 18 años ya tuve mi primera empresa y con 23 fundé Pentación que ha cumplido 28 años con el mismo nombre y el mismo CIF, es muy poco habitual y da un poco de vértigo, porque cuando me siento con un banco a pedir un crédito, ven mi historial y me dicen que pocas empresas en el país, en general, duran tantos años. Creo que eso también es muy importante para el sector, que haya empresas que puedan producir, porque eso nos da mucha prioridad a todos los niveles y fiabilidad, que es lo que hace falta en este sector.

JR- ¿Y cómo llega Jesús Cimarro a ser la figura que es ahora Jesús Cimarro?

JC- Trabajando, tengo un defecto y es que me gusta trabajar. Trabajo muchas horas y tengo éxitos y fracasos, como en todo, y he creado un gran equipo para poder hacer lo que hago.

JR- ¿Cómo se gestiona la programación de un teatro?

JC- Primero hay que saber qué quieres hacer, qué tipos de espectáculos quieres programar. Creo que tener un teatro sin ser productor es difícil, porque para saber qué quieres programar hay que saber qué quieres producir y por eso Pentación produce muchos espectáculos, porque tiene tanto el Bellas Artes como La Latina y hay que darle mucho contenido.

JR- ¿Qué diferencia la programación del Teatro La Latina del de Bellas Artes?

JC- Primero, el Teatro Bellas Artes tiene 438 localidades, hay que buscar distintos formatos. El Teatro La Latina tiene 940, es más del doble. Intento que los espectáculos que van al Bellas Artes, si funcionan muy bien, pasen a La Latina. También depende de la promoción, si tengo un espectáculo en el Bellas Artes que me va muy bien, pues lo mantengo, aunque soy de temporadas limitadas porque Pentación produce, distribuye y exhibe, tiene las tres patas del negocio. Y en el campo de la distribución, Madrid es una plaza más, una plaza más en la que estás dos meses, pero una plaza más dentro de la gira, dentro de la vida que tenga ese espectáculo. Si funciona muy bien, vuelve, he vuelto con muchos espectáculos porque cuando un espectáculo funciona y tienes una promoción cerrada, puede volver en otra ocasión.

JR- Escuadra hacia la muerte estará en octubre en el Teatro María Guerrero distribuido por Pentación, ¿qué te llama la atención de esta obra de Sastre?

JC- Es un texto que se representó hace muchísimos años de Alfonso Sastre y creo que está bien recuperar textos de autores de, creo que se llama la Generación Maldita, vivieron la transición y están como en tierra de nadie, está bien reivindicar a este tipo de autores. Mucha gente se sorprende, que les descuadra con mi persona porque de repente puedo estar produciendo un Alfonso Sastre o un José Luis San Pedro y una cosa supercomercial, y yo siempre digo que soy un productor que produce de todo, que la horquilla siempre es muy amplia e intento ser lo menos sectario posible. Soy de gustos muy variados, que está muy bien, porque la gente a veces es estrecha de miras y la gente que nos dedicamos a esto tiene que tener las visuales muy amplias porque es la única manera de saber que el público es muy amplio, muy heterogéneo y muy variado. Ese es el mejor concepto que tiene que tener un productor a la hora de planificar sus producciones.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

JR- Jesús Cimarro como productor crea la propuesta artística, ¿hasta dónde llega tu capacidad de decisión dentro de un espectáculo? ¿Cuándo delegas?

JC- Desde el primer día que empiezan los ensayos, que entra la dirección artística del espectáculo y él o ella son los soberanos. Yo aparezco, cuando me llaman, diez días antes del estreno para ver un ensayo general, dejo entera libertad a los creadores porque previamente ya hemos trabajado sobre lo que se va a crear. No estoy en el proceso creativo diariamente, está el equipo que trabaja, son los directores y directoras los que me dicen vente y me consultan. Muchísima gente se sorprendería de esta comunicación. Dejo entera libertad y todos los directores y directoras que han trabajado conmigo lo pueden decir. Es que yo contrato a profesionales, y a un profesional no le tengo que decir lo que tiene que hacer, si le tengo que decir lo que tiene que hacer, malo.

JR- ¿Qué ingredientes tiene que tener una propuesta para que Jesús Cimarro la considere producible?

JC- Me puede atraer el título, el equipo artístico que se me plantea o me puede parecer atractivo el título y yo pensar todo lo demás. El director, el equipo artístico y demás. También me pueden traer una propuesta y yo decir si me interesa o no me interesa, o si me interesa aportar. Estoy abierto a muchísimas posibilidades. Eso no quiere decir que diga que sí a todo, no puedo asumirlo todo. Aquí me pueden venir cien propuestas al año y yo estreno igual siete o diez espectáculos, tengo que decir que no a noventa.

JR- ¿Hay algún montaje que, personalmente, te haya gustado pero no lo hayas podido producir o programar por decisiones empresariales?

JC- Sí, pero no te la voy a decir –ríe-, no lo voy a contar todo.

JR- Has producido multitud es espectáculos teatrales, ¿alguno del que te sientas especialmente orgulloso?

JC- Muchos, a lo largo de toda mi carrera he producido más de 170 espectáculos, sería injusto decir uno o dos, hay muchos espectáculos que me han gustado y que me ha satisfecho el resultado y he estado muy contento con ello, es muy difícil decirte en estos momentos uno.

JR- Una cita tuya: “Hay cosas que haces porque te dan prestigio y otras porque salen del corazón”, ¿algo que completar?

JC- Yo siempre hago cosas que vayan bien a la empresa en la que estoy, a la estructura que dirijo porque hay muchas circunstancias, depende del año, que pueden hacerte cambiar. Hay gente que está estudiando mi trabajo, un alumno de un master en gestión cultural hizo una tesina sobre Pentación -y eso me da mucho vértigo, dices, está pasando ya el tiempo, uno se está haciendo mayor…-, y han alucinado con quiebros que he dado en mi trayectoria, hay que dar quiebros. En estos momentos, estoy obsesionado con la colaboración público-privada, como el Festival de Mérida, porque creo que se aúnan muchos esfuerzos y, en tiempos de crisis, hay que experimentar.

JR- ¿Jesús Cimarro es más de drama o de comedia?

JC- De todo tipo, soy una persona abierta a todo tipo de gustos, me gustan muchas cosas. Lo bueno de esto es que cuando me pongo a ver un espectáculo soy muy buen espectador, me gusta casi todo. Sobre todo, ¿sabes por qué? Porque valoro el esfuerzo que significa estar ahí arriba. Me parece una frivolidad lo que hace mucha gente en nuestro sector, el destrozar el trabajo de los demás, soy muy respetuoso con su trabajo porque me parece tan injusto lo que se hace a veces… Creo que es fundamental respetar a esa persona que se ha subido al escenario, porque como yo sé lo que hay detrás y lo que cuesta llegar hasta subirse a un escenario, hay que respetarlo, te guste o no te guste.

JR- ¿Qué montajes tienes en el tintero?

JC- En estos momentos, hemos empezado los ensayos de La velocidad del otoño, que es una función que van a protagonizar Lola Herrera y Juanjo Artero, he recuperado una pareja que ya la tuve hace años en Seis clases de baile en seis semanas, que se entendieron muy bien y que dirige Magüi Mira. La estrenamos en Avilés y vendrá al Teatro Bellas Artes en noviembre. Está de gira El Padre, una función que está teniendo muy buena reacción en los distintos teatros de España, es una historia de un padre que tiene Alzheimer, una enfermedad que se ha tocado muy poco en el teatro, y que va a sorprender. Hay una interpretación impresionante de Héctor Alterio y de todo el reparto que lo acompaña, Ana Labordeta, Miguel Hermoso, Luis Rayo,… un reparto muy amplio y que hacen un trabajo muy bueno. Vamos a trabajar también la biografía de Pablo Carbonell, vamos a hacer un espectáculo que va a dirigir José Troncoso y, de momento, todos los espectáculos que estamos preparando para Mérida.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

JR- ¿Con qué actor o actriz te gustaría trabajar?

JC- Pues mira, he trabajado con muchísimos actores y actrices pero hay amigos con los que quiero trabajar pero no hemos podido como Belén Rueda y José Coronado. También nos hemos planteado hacer cosas con Javier Cámara. Él empezó en la casa y me gustaría que volviera a subirse a las tablas. Estamos lanzando el anzuelo a ver si alguno pica.

JR- Como presidente de la Asociación de Productores y Teatros de Madrid, ¿cuál es tu principal preocupación?

JC- La principal es que el nuevo gobierno baje el IVA cultural, con eso ya hemos avanzado mucho. Luego hay muchas más cosas por conseguir pero, de momento, nos estamos centrando en la bajada del IVA cultural. Si se consigue eso, ya hablaremos.

JR- ¿Qué te gustaría aportar a la escena teatral?

JC- Lo que me gustaría es que se pudiera crear un tejido profesional y empresarial para que este sector estuviera mucho más estable.

JR- ¿Qué imagen crees que tienen de ti el equipo con el que trabajas?

JC- Habrá que preguntárselo a ellos pero creo que pueden decir que soy un jefe exigente pero que intenta tener buena relación con toda la gente con la que trabaja.

JR- Como productor habrás pisado alguna vez las tablas de un escenario, ¿qué has sentido al mirar al patio de butacas?

JC- Mucha responsabilidad, por eso admiro tanto a los actores porque son capaces de subirse a un escenario y estarse una hora y media o dos haciendo un personaje. Es mucha responsabilidad.

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