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"Subirme a un escenario es un vicio, una droga"

Desde que tiene memoria se recuerda en un plató. Hace dos años comenzó su andadura por el mundo de los escenarios y ahora no lo quiere soltar. Ya he perdido el pánico del principio, aunque asegura que “los cinco minutos antes de salir a escena son horribles”. Lo sabemos por experiencia, siempre seguirá siendo así y eso es lo bonito de esta profesión. Conocida por todos como la hija de Raimunda interpretada por Penélope Cruz en Volver de Almodóvar, esta actriz madrileña recuerda esa etapa como un sueño. Ahora la podremos disfrutar cada sábado y domingo en la Sala Azarte con La regla del tres de Paco Rodríguez.

Jesús Redondo- La regla del tres se repone en la Sala Azarte, ¿qué tiene esta obra para que no nos la podamos perder?

Yohana Cobo- Tiene verdad, tiene mucha verdad. Lo bonito es que cuentan cosas que le pueden pasar a cualquiera, toca temas muy duros desde la verdad y siempre desde la comedia, te ríes mucho.

 

JR- Interpretas a una chica treinteañera, ¿te apetecía interpretar a un personaje que tuviese los problemas reales de nuestra generación?

YC- Me apetecía mucho, aunque no sólo por eso. En este caso, Paz, sí es una treinteañera pero yo la sigo viendo muy niña porque tiene ciertas inseguridades que no deberían ser propias de una mujer adulta. Pero la obra sí trata problemas reales de esa edad, algo que lo da de por sí el texto, más allá del personaje. La regla del tres me daba mucho miedo al principio porque tiene mucha comedia y no sabía sí de verdad me veía haciendo esto ya que siempre he hecho personajes más dramáticos, pero Paco estaba convencido desde el principio. Confié en él y la verdad es que me divierto mucho haciendo la función.

 

JR- Después de El hombre del cuarto oscuro, La regla del tres es la segunda obra de teatro en la que participas, ¿le has perdido un poco el miedo al escenario?

YC- El pánico del principio sí lo he perdido. Cuando me ofrecieron la primera vez El hombre del cuarto oscuro me asusté, no había hecho teatro nunca, me apetecía mucho pero no sabía si iba a ser capaz porque es muy diferente. El lenguaje es diferente, en cine tienes la seguridad del corten, repetimos, aquí no. Una vez que sales, no puedes parar. Ese miedo sí se me ha quitado, pero todavía los cinco minutos antes de salir son horribles. La experiencia teatral me ha encantado, la sensación inmediata, la respuesta del público, el tenerlo delante, te da un subidón y una adrenalina… En el momento en el que abres la puerta y tienes que salir, es un momento muy bonito. Es un miedo que me gusta, lo paso mal, pero sé que lo voy a disfrutar mucho.

 

JR- Te recuerdo de la serie Hermanas. También has pasado por Farmacia de guardia cuando sólo tenías ocho años, por Canguros, Querido Maestro,… ¿qué recuerdas de esa etapa de niña actriz?

YC- En esa época yo estaba empezando. Con tres añitos comencé a hacer publicidad y luego iban saliendo castings para televisión y yo creo que en las series de la época, aunque sólo fuese en algún capitulito, salí en todas. Lo recuerdo como una etapa muy bonita, como vas despacito consiguiendo más cosas y como, según vas creciendo, te vas dando cuenta de que realmente lo que estás haciendo te gusta. Al principio era un juego, luego vas tomando consciencia de que te gusta y de que puede ser un oficio. Disfrutaba haciéndolo, estaba a gusto. En vez de estar con amigos, que también lo hacía, el irme de rodaje era como una aventura para mí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

JR- Tu gran oportunidad llegó de la mano de Pedro Almodóvar, ¿estás cansada de que te pregunten por él en las entrevistas?

YC- No, para nada. Creo que no me cansaré nunca. Es más, ojalá vuelva a rodar con él, y me sigan preguntando por Almodóvar. No, claro, que no, estoy muy orgullosa de haber podido trabajar con él.

 

JR- Volver te dio el premio a la Mejor Interpretación Femenina ex aequo en Cannes, ¿cómo viviste aquella época?

YC- Eso fue maravilloso, era un sueño, un cuento, no me lo creía. Había hecho más cositas pero claro una repercusión tan grande no había tenido nunca. A mí me llevaban a todos los festivales, íbamos todas juntas. Hice unos seis castings a lo largo de un mes para conseguir el papel y fue duro. Al principio parecía un casting más pero cuando tuve delante a Pedro y la persona que me daba la réplica era Penélope, ya dije, esto va en serio.

 

JR- ¿Qué vino después de ese éxito?

YC- Luego vino la calma, el asimilar lo que ha pasado. Mientras lo asimilas, lo vuelves a disfrutar porque fue algo tan intenso… Después hice algún proyectillo y a seguir adelante.

 

JR- Desde 2009, salvo una aparición en la TV-movie Carmina, no te vemos en la pantalla, ¿ha sido una retirada voluntaria o forzada?

YC- No fue voluntario, llámalo X, misterios de la profesión. No sé porque, pero sí, hubo un parón. Seguía haciendo pruebas pero no cuajaba ninguna. Creo que también me pilló el momento crisis y el parón general que hubo en todo. Lo he aprovechado para descansar, intentar estudiar, aprender inglés,… No estar parada, es lo importante.

 

JR- Preparándome esta entrevista, me encontré un reportaje de El Mundo titulado Ser chica Almodóvar no siempre funciona y aparecía tu nombre. ¿Sientes que lleva razón?

YC- No lo sé, depende de para que fin lo busques. Hombre, se supone que sí trabajas con Almodóvar puedes tener más facilidad para conseguir más cosas, sí, puede ser. Hay veces que no se da el caso. Yo creo que ya había hecho bastantes cosas antes de trabajar con él y para mí no era un medio para conseguir más trabajo. Era algo personal y una experiencia como actriz. Tenía la ilusión de trabajar con este hombre que había visto sus películas... Lo que me ha aportado personalmente me llena mucho más que lo que me haya traído profesionalmente después. Aunque también es verdad que luego te encuentras el caso de que hay gente que se acuerda de ti, te ven en un cartel y dicen esta chica sigue ahí, eso me hace ilusión. Todo lo que yo he vivido me ha reportado muchas cosas como actriz y como persona. Que luego no haya ido más allá, cierto, pero he llegado a estar aquí, así que seguiremos poco a poco, no pasa nada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

JR- A pesar de todo, ahora podemos verte trabajar dentro del circuito de teatro alternativo, ¿cómo estás viviendo esta nueva etapa profesional?

YC- Pues feliz, muy feliz. Entré en el grupo y ya no me echan ni con agua caliente. El otro día lo pensaba, quizá haya tenido mucha suerte con la gente con la que he ido trabajando a lo largo de mi carrera. No he tenido nunca ningún rodaje en el que lo haya pasado fatal ni nada, y ahora con el teatro estoy viviendo lo mismo. Hemos conseguido crear como una pequeña familia. Profesionalmente, es otra experiencia, el reto de verme capaz de hacer teatro y que encima me gusta y personalmente me lo paso muy bien, es un día a la semana, me desfogo y luego voy a tomarme algo con mis amigos. Entonces, muy contenta.

 

JR- ¿Qué consejo darías a aquellos que tenemos como uno de nuestros objetivos trabajar en lo audiovisual y seguimos luchando a través del teatro alternativo, cortometrajes,…? ¿De qué manera se mantiene uno con energía y tesón en esta profesión?

YC- Que a veces los deseos llegan, que no tienes que dejar de tener objetivos, nunca. Y aunque sean cada vez más grandes. A mí cuando me cogieron para la primera peli, que tenía un papel super pequeñito, o que salía en una secuencia así de pasada, siempre tenía con mi madre de broma, “la próxima con Almodóvar”. Al final llega, si lo que de verdad quieres es esto y es lo que te llena, a por todas. Aunque hay momentos en los que hay desilusiones y es duro, pero da igual, cambia, olvídate de eso y a por otro objetivo.

 

JR- Cuando actúas ahora cada sábado, ¿hay algún consejo que te hayan dado Almodóvar, Penélope Cruz, Blanca Portillo,… que no se te haya ido de la cabeza?

YC- Lo que siempre les he oído, a todos, es que disfrute con lo que hago, porque si no lo estás disfrutando no haces disfrutar a los demás, y eso se nota.

 

JR- ¿Algún proyecto de futuro?

YC- Seguir aquí, que La regla del tres dure muchísimo, que Paco siga escribiendo obras y me siga liando y a por lo que venga.

 

JR- ¿Qué significa para ti subirte a un escenario?

YC- Para mí subirme a un escenario es llenarme de todo, es ser feliz. Cuando estoy actuando, que es cuando más se supone que menos tienes que ser tú, porque estás interpretando a un personaje, es cuando más me siento yo. Para mí subirme a un escenario, actuar, estar delante de una cámara es lo que me hace sentirme viva, es lo que me da la felicidad plena. Y cuando no tienes nada y no actúas, pasa de ser una felicidad a una droga, lo necesito, es mi felicidad, mi vicio. 

 

JR- Muchas gracias, Yohana, por prestarnos estos minutos.

YC- Gracias a tí y te espero en La regla del tres.

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