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Demasiado al este es el oeste, al menos, ríete



Si yo fuera presidente… ¿cuántas veces no hemos dicho esta expresión? Los Absurdos Teatro ponen en pie este condicional y lo hacen teatro. Más que una obra de teatro es una reflexión teatralizada donde los personajes hablan, se desahogan y se cuestionan los problemas de la vida del hombre de a pie… Eso sí, con el humor absurdo e irónico que los caracteriza y que va creciendo a medida que avanza la obra. Escrita y dirigida por Alfonso Mendiguchía, juntos, vamos a solucionar el país. A nuestra manera, claro.


Una azotea. Tres vecinos; o tres compañeros de piso, o tres actores sin personaje, o ellos mismos, da igual. Los tres se reúnen mirando al cielo sin tener nada que hacer. Bueno, sí, leer el Muy Interesante o las noticias curiosas que nuestros amigos comparten en Facebook y divagar… Quejarse un poco y divagar. Conversaciones de azotea.


La propuesta que nos ofrecen Los Absurdos carece de conflicto. Con cuatro temporadas en su haber, han logrado plasmar el sentimiento de muchos ciudadanos hacia la clase política riéndose de ellos mismos, de nuestros políticos y del ciudadano de a pie que habla y se queja pero nunca actúa. La ausencia de conflicto hace el montaje menos interesante pero el código humorístico que se desarrolla en escena y el buen rollo que se desprende consiguen que Demasiado al este es el oeste logre cautivar al espectador. Un texto cargado de tópicos que se enuncian para criticarlos y que se convierte en un análisis absurdo y cómico de la sociedad que nos rodea. Juegos de palabras, prosa y verso en un montaje fresco que juega con el ritmo y con el dominio escénico de sus protagonistas.


De todos los que nos movemos por las callejuelas teatrales de Madrid es conocido el feeling que tiene esta compañía a la hora de trabajar. Se conocen y juegan es escena. De no ser así, Demasiado al este es el oeste perdería toda la energía que desprende. Hay compenetración sobre las tablas. A nivel interpretativo, la propuesta podría haber dado más de sí. De hecho, el actor sale y entra de la escena sin modificar apenas su personaje, por eso, decimos que a veces ni tan siquiera vemos un personaje escénico. No hay distinción, algo que habría ayudado a la propuesta. Aun así, nos cautiva la sonrisa pícara de Jorge Gonzalo, la inocencia de la que no puede desprenderse Patricia Estremera y la chulería del director, a veces, demasiado impostado.


Hoy nos afiliamos al PESTO porque, por lo menos, va con un programa claro y sincero. O eso es lo que nos hacen ver. Los Absurdos Teatro nos muestran nuestra vida, nuestra sociedad así que, si no vas a hacer nada por cambiarla,… Al menos, ríete.


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