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¿Por qué follamos mejor cuando ya no somos novios?, pura realidad



Te niegas a verlo, te asusta el cambio, no te atreves a dar el paso,… Hasta que un día lo das… Y sientes que quizá te has equivocado, que él es el hombre más maravilloso del mundo, que no vas a encontrar a nadie igual,… Las dudas asaltan tu cabeza. Pero ya has dado el paso. ¿Cómo dar marcha atrás? ¿Quieres dar marcha atrás? ¿Qué sentirá él? Abril Zamora se inspira en la vida misma para plasmar, de una forma fresca, original y atrevida, los sentimientos de una ruptura. Juan Blanco es él y ella, Paula Muñoz, acompañada por una ristra de personajes que nos sorprenderán a todos. Textos que sólo podrían salir de la cabeza de Zamora. Vuelvo a declararme fan absoluto.


Ella ya no está enamorada de él, quiere decírselo pero no se atreve. Él no se da cuenta de nada. Ella, entre acordes y composiciones, da el paso. Y todo cambia. Él sigue con su chándal sin ropa interior y una bata destrozada y ella, dándole vueltas a la cabeza, sigue su camino… Hasta que vuelven a verse. Y parece que el amor vuelve a aflorar, todo son señales,… pero ya nada volverá a ser lo mismo.


Abril Zamora pone a sus personajes a reflexionar. Pero lo hace con un texto fresco, de la calle, sin razonamientos rimbombantes pero con frases que pasarán a la eternidad, plagado de actualidad y de carga emotiva. Emociona con naturalidad. Su propuesta de dividir el personaje, o más bien la mente, de ella le da dinamismo al montaje y aporta mucho juego escénico que Zamora sabe aprovechar hasta las últimas consecuencias con escenas variopintas donde los personajes se exponen a la vida misma y con escenas de sexo contadas con mucho mimo. Música actual y redes sociales. A la orden del día. ¿Por qué follamos mejor cuando ya no somos novios? te toca hondo, poco a poco, casi sin que te des cuenta. Es fácil sentirse identificado porque todos, de una manera u otra, nos hemos acercado a ese sentimiento. Sentimientos que se esbozan en unos monólogos, sobre todo el que interpreta Juan Blanco, que son auténtico oro para un actor por su verdad y dualidad. Blanco sabe darle multitud de matices y demuestra que es uno de los mejores actores de su generación que brilla con cada personaje. Ojeroso, desarmado y desaliñado pero con el atractivo impoluto, Blanco siente cada palabra que dice. Y se nota.


Por el lado femenino, destacan una Nuria Herrero que se desborda en su monólogo dejando al patio de butacas enmudecido. Nunca he escuchado el Despacito de Luis Fonsi cantado tan bonito. Y una Bea de la Cruz que es pura luz. Su energía es tan bonita que atrae todas las miradas. Divierte lo dicharachera de su personaje y la pureza de sus intervenciones. Paula Muñoz también derrocha naturalidad y divierte su pensamiento interno. David Matarín tiene momentos muy acertados y de muy buena energía, aunque pasa un poco más desapercibido entre tanta fémina con peluca rubia, al igual que Teresa Mencía, que no logra conectar del todo con el público.


El estreno en el SURGE de la nueva pieza de Abril Zamora dará que hablar por la sencillez de su trama y la frescura y originalidad a la hora de contarla. Muchos habrían hecho una obra de a dos pero Zamora ha decidido ir más allá y contar, de nuevo, con un reparto que la respalda sin dudar en todas sus decisiones y disfrutando de todo lo que pasa por su cabeza y por la de sus personajes, que se hacen grandes con cada intervención.


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