Las hermanas Rivas, ¿quién es ese hombre?
Las hermanas Rivas son fieles a sí mismas, se compenetran, no pueden vivir la una sin la otra, son inseparables. Como en cualquier relación de a dos, siempre hay uno que da más que el otro, a veces, los papeles se intercambian, la propia vida sorprende y, como en el teatro, deja al espectador sin habla. Adriana Roffi y Mariano Rochman presentan esta tragicomedia donde demuestran que las relaciones de a tres nunca acaban bien. Roffi se enfrenta a la dirección y Rochman protagoniza la función junto a Regina Ferrando y Luciana Drago. ¿Quién es ese hombre que perturba la relación de las hermanas Rivas?
La obra empieza con un narrador que nos pone en situación, nos presenta los personajes. Un narrador que no vuelve a aparecer, ni siquiera para concluir la historia, por lo que parece que la elección de incluirlo en el montaje no ha dado muchos quebraderos de cabeza a Roffi. Quizá podría haber buscado otra solución menos evidente, menos directa. A continuación, nos metemos en acción y nos adentramos en la historia, donde texto, dirección e interpretación fluyen en el mismo barco, remando pausado pero con un ritmo continuado.
Los personajes femeninos son compuestos de una manera un tanto estereotipada. Dos polos opuestos que se visualizan desde el minuto uno. Cuesta creértelas al principio pero conforme avanza la obra, ambas van cogiendo soltura y encajan a la perfección. Ferrando maneja a su antojo la evolución de su personaje y nos consigue sorprender, al igual de Drago sabe dosificar su energía para que su personaje no llegue a cansarnos. También les ayuda la presencia de Rochman y la manera en que él mira a cada una de ellas. El actor consigue crear un personaje que podría tender fácilmente al estereotipo pero consigue quedarse en el punto justo para hacernos creer su personalidad. Al final los tres consiguen conquistar al público y que se adentre en su relación, que se la crea y que no dejemos de mirar cada mirada, cada caricia, porque al final el escenario vibra con cada movimiento de los personajes.
La selección musical es todo un acierto, está muy bien utilizada en la voz de Regina Ferrando. Roffi toma buenas decisiones en Las hermanas Rivas, manteniendo al espectador con un pensamiento fijo: aquí va a pasar algo. Y pasa, claro que pasa. Y es que ese saco de boxeo que cuelga en mitad del salón separará sus vidas para siempre. Bueno, por lo menos mientras esté colgado. El amor, el amor por encima de todo. El amor es lo que pesa al comportamiento de las hermanas Rivas pero, ¿el amor a quién? Habrá que comprobarlo.
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