Drac Pack, el mundo es un vampiro
Najwa Nimri tuvo un sueño. Ser Drácula y morder a Marilyn Monroe. Y lo ha conseguido. Tuvo un sueño, el Drac Pack. Me encanta su figura, esa actriz sutil, que susurra, que parece de otra pasta y que camina con frágil fuerza. No quería interpretar a Drácula pero los avatares de la vida la subieron a este escenario y la podemos disfrutar en directo, mezclando sus dos carreras, la cinematográfica y la musical, en el Teatro Philips de la Luz. La dirige Fernando Soto, un fuera de serie en esto de la escena, y la acompañan su tándem de la desaparecida Vis a vis, Alba Flores, la divertida sensibilidad de Anna Castillo y la dulzura de Kimberley Tell. Porque ningún sueño es gratis… Estas son las luces y sombras de los focos.
¿La luz de los focos o la luz del sol? Ese es el precio a pagar por ser una estrella. La luz de los focos te iluminan para ser tu propio sol, tu propia estrella. Drácula y su séquito, el Drac Pack, se acercan a una estrella que no ilumina. ¿Quieres iluminar? La obra, escrita por Nimri junto a Emilio Tomé y Carlos Dorrego es una reflexión sobre la fama y el éxito. Con una premisa clara, la historia se desarrolla entre canciones de Sinatra y Monroe.
Salí del teatro aturdido… ¿Qué acababa de ver? Es cierto que el hijo argumental es simple, no va más allá de una decisión a tomar, vital, eso sí. También es cierto que la función es pobre coreográficamente -el pack formado por Nimri, Flores y Tell no danza con naturalidad y las coreografías están demasiado superpuestas-, y que la distribución escenográfica deja demasiado vacío el escenario en muchas ocasiones; es cierto. Pero todo eso se esfuma con la sensibilidad interpretativa del cuarteto en cuestión y con la capacidad de Soto para crear atmósferas que te atrapan. Drac Pack te atrapa, es como ese vampiro que te muerte y no te suelta. ¿Qué me han querido decir? Seguro que va más allá de todo lo que he recibido y, al día siguiente,… Pum, no te la puedes sacar de la cabeza. A su favor también participa una selección musical arrolladora. Los cincuenta regresan al escenario y lo hacen con la elegancia y la sensualidad de Najwa Nimri que contagia a sus compañeras de reparto. La versión e interpretación de That´s life es única. La voz de Alba Flores, quizá poco técnica, tiene lo mejor de su clan y Anna Castillo emociona como nadie.
Las cuatro actrices trabajan unidas. Hay feeling en escena. Anna Castillo se convierte en una cómica indiscutible, con sus botines deslizantes, arrolla por dónde va. Esa es su función en el montaje, y la cumple con creces. A Kimberley Tell, que con esta función se estrena sobre el escenario, le falta sensualidad y sufre la tendencia de la función, que es estirar demasiado la idea inicial, pero su dulzura e ingenuidad dan buen aporte a Marilyn. Su última frase nunca tuvo tanto sentido. La danza no es lo que mejor se le da a Alba Flores, eso está claro, pero divierte cuando se deja llevar. Y Najwa Nimri es única. Aunque quizá le falte fuerza y energía sobre el escenario, consigue transportar su encanto allá donde va.
Esperaba más de Drac Pack, es cierto, pero han conseguido lo que pocas obras consiguen, dejar poso. Querer cantar las grandes canciones que componen el liberto, querer saber más sobre el montaje, sobre la idea, sobre cómo se hizo,… Y, por supuesto, querer responder a la pregunta inicial. ¿Qué prefiero, la luz de los focos o la luz del sol?