Camerino Nº5, todas las mujeres del teatro
Eva Higueras se pone un reto en escena: interpretar a todas –o casi todas- las mujeres del teatro, esos personajes que siempre ha querido hacer pero que no ha tenido la oportunidad. Encarnarse en personajes como Julieta, Nora, Lady Macbeth, Laurencia, Electra,… es muy complicado y más si cambias de uno a otro en cuestión de minutos pero Higueras aguanta el tipo, siempre vigilada por la dirección de Don Luqui.
Una actriz llega a su camerino, suponemos que el número cinco. Enciende las luces de su espejo, de su tocador, y conversa con él. Rememora, recuerda o tal vez ansía dar voz a todos esos personajes femeninos de la historia del teatro. Los textos, los versos no se le han olvidado, tiene una mente prodigiosa. Mientras se prepara para la función más importante de su vida, el tiempo se alarga entre Marco Antonios y Belisas.
Tener la oportunidad es normalmente lo que ansiamos todos los actores. Simplemente eso. Tener la oportunidad de demostrar de lo que somos capaces, tener la oportunidad para demostrarnos que podemos hacerlo, tener la oportunidad para aprovecharla. Que alguien confíe en nosotros, solo eso. Y eso es lo que reclama Eva Higueras desde su monólogo, escrito por ella misma. Espejito, espejito, ¿puedo hacer todo esto yo sola?
Un monólogo complicado, apto sólo para expertos en teatro que puedan jugar a adivinar a lo que juega la protagonista con su espejo, juguemos a adivinar a qué obra y personajes pertenecen los fragmentos que la actriz interpreta. Sin ese añadido, Camerino Nº5 se queda en eso, en una serie de fragmentos de clásicos teatrales enlazados con una excusa tenue, algo forzada a veces, que se convierte en un gag al llegar al final. Eso sí, bendito y acertado gag.
Camerino Nº5 se convierte así en una exhibición actoral en la que Higueras se encuentra correcta. Es dificilísimo lo que hace en escena pero necesitamos mayor riesgo. Necesitamos que los personajes cambien más de uno a otro, que los cambios de estilos y códigos teatrales a los que corresponde cada personaje sean más drásticos, no necesitamos un acercamiento al personaje en cuestión, necesitamos el personaje en cuestión y eso sólo se apunta en alguno de ellos. Estoy seguro de que así, indagando más en todo esto, Eva Higueras conseguirá sorprender al público con cada personaje y que este reclame más y ansíe saber cuál será el siguiente. Este debe ser su objetivo. De momento, no lo consigue, la función transita en una linealidad que no le favorece.
Con todo, la intérprete se esfuerza en mantener el tipo ante semejante reto y es de alabar su trabajo y tesón. Valentía a raudales. Camerino Nº5 tiene bastante trabajo por delante. Estoy seguro de que será un placer hacerlo.