Rubias, elige tu propia chica blonde
Tres chicas rubias, no sabemos hasta que punto influye eso en la historia, charlan sobre su vida amorosa. Una virgen, otra con novio, y la otra con unos cuantos amantes. Ninguna está del todo contenta con su situación actual y, a lo largo de las escenas y las elecciones, sabremos porqué, incluso la que más plena parece, también tiene algo de lo que quejarse. Nerea Barrios escribe y dirige este texto donde los espectadores son los que deciden por donde avanza la historia. Isabel Bernal, Lidia Galiana y Laura Marvo ponen su nombre y su color de pelo a la obra.
Noche de chicas. Isabel, Lidia y Laura quedan, un día más, para hablar de sus cosas. Esta vez es diferente. Todas tienen algo importante que contar. Sexualidad, amor, frustraciones, anhelos, deseos y contradicciones. El mundo de las chicas rubias no es muy distinto al del resto del mundo. ¿Queréis descubrirlo? Lo mejor es que tú mismo podrás decidir por donde quieres que avance la trama.
Rubias es un montaje que mantiene al espectador activo, descifrando secretos y mentiras de las protagonistas y, sobretodo, eligiendo la aventura que desee conocer de cada una. La decisión no afecta al argumento en si mismo, es decir, el espectador decide qué parte conocer de la historia pero no modifica la trama. El guión está escrito. Nerea Barrios ha tejido con buen hilo su dramaturgia para que todo encaje y, por lo menos en la función a la que yo asistí -cada día es diferente dependiendo de lo que el público decida-, la dramaturgia no tiene fisuras. La comedia cae en tópicos, aunque con algunas sorpresas divertidas y novedosas, y el montaje divaga en ritmo. Lo bueno de esto es que cuando te has cansado de una historia puedes decidir cambiar de canal y centrar el cuento en otra princesa.
El timón de la democracia lo lleva el enérgico Paul Hernández. Como maestro de ceremonias pasado de rosca nos presenta las opciones y cuenta los votos. Hernández abusa de tópicos y no consigue ganarse al público. Su animación es lineal, demasiado entusiasmada de principio a fin. Pese a esto, no cesa en el intento y mantiene su ímpetu hasta el final. Que el texto también se hubiese parado en hacer sus monólogos más interesantes le hubiese ayudado bastante. Sus apariciones no deberían convertirse en un mero trámite. Las rubias, por su parte, consiguen que queramos saber más de ellas y, aunque sus interpretaciones no son brillantes, sí superan la función con buena nota. Sobre todo una Isabel Bernal que va de menos a más, sorprendiéndonos con un cambio de registro en su monólogo final. Laura Marvo también convence y me quedé con ganas de más. La anfitriona, Lidia Galiana, no explota lo suficiente su personaje y se queda a medias en implicación.
Rubias es una obra original que mantiene al espectador activo, risueño y con una sonrisa en la cara. Las chicas se sentirán identificadas, las que más, y los chicos descubrirán de qué hablan las chicas cuando se encuentran a solas. Todas, las morenas también.
Puedes disfrutar de esta función dentro de la cartelera en tarifa plana del Club YMás.