VIP, un juego de críos en el que sólo se divierte Els Joglars
He visto a Els Joglars en un par de ocasiones y siempre me han parecido caóticos, un poco desordenados y con una técnica interpretativa digamos “muy suya” pero siempre, siempre, me han divertido. Su teatro es de calle, no es un teatro de élite donde un actor pueda emocionarte o una historia dejarte huella. Els Joglars critica a su manera, con el absurdo y con la exageración. Ese es su poder y esa es la huella que ha llevado al éxito a esta compañía catalana durante más de medio siglo.
Pero con VIP en el Teatro María Guerrero, Els Joglars sorprende y no lo hace para bien. Cuenta la historia de Lucas, un hijo muy deseado cuyos padres lo adoran como la “persona muy importante” que es. Crítica a la paternidad de sobreprotección y a la educación descuidada, donde los hijos son unos genios y siempre llevan razón. Un descuido que la compañía lleva al escenario. Elementos que visiblemente salen y entran del escenario aunque los actores pretendan disimularlo, otros que son tratados con absoluta dejadez, un texto más propio de los Morancos, con todo mi respeto al dúo andaluz al cual admiro, que de una obra que pisa el suelo del María Guerrero. Personajes construidos con desgana, que utilizan su cuerpo sin control. Una historia que no engancha, quizás porque apenas hay historia. Els Juglars pasa de criticar un aspecto criticable de nuestra sociedad, a reírse de él, a veces con mal gusto, a jugar a un juego en el que solo se ríe la propia compañía.
El público reía alguna gracia, quizá desde el patio de butacas fuese más cómica la cosa, pero no era la carcajada suelta que había notado otras veces. El tema era banal pero no más que el de la cocina elitista de La Cena de la cual tengo un grato recuerdo. ¿Qué les ha pasado? ¿Se han acomodado, han hecho de su estilo una manera fácil de trabajar, casi de teatro aficionado? No lo sé. Quizá sea como ese Woody Allen que hace una película mala y luego una obra maestra. Ramon Fontseré, le daremos una oportunidad a tu próxima creación porque es verdad que sigues teniendo ideas originales, aunque se camuflen muy bien. Seguro que los grandes teatros públicos te la darán. Sois quien sois y el público va a veros por lo mismo pero esperemos que no salgan muchos espectadores decepcionados como yo porque a veces lo bueno se acaba y el ser VIP no es eterno.
