top of page

La actriz ha muerto, ¡y ahora vengo yo!

La actriz ha muerto, obra escrita e interpretada por Sato Díaz, comienza con una buena idea de partida. La función va a empezar, una sensación extraña se produce con el audio de la sala, ¿ya ha dado inicio la obra o simplemente es un error técnico? Que lo cometan todos los días, por favor. Todos sabemos que la obra Antes del desayuno nunca va a ser representada porque La actriz ha muerto. Me hubiese encantado no saberlo y encontrarme entre el público como en Todo sobre mi madre, cuando La Agrado anuncia que la función se cancela. Pero no era así, todos sabíamos al juego al que íbamos así que la noticia era de esperar. La actriz ha muerto.


Lo que no te esperas es lo que viene después. Una sucesión de momentos teatrales en los que el protagonista, Sato Díaz, explora las diferentes vertientes interpretativas que se han explotado a lo largo de la historia. Pasa por Shakespeare en dos ocasiones, interpreta a la Señora Rowland de la obra que “supuestamente” íbamos a ver, juega con la comedia, el drama, la crítica social y política, pone voz a un enérgico locutor de radio,… pero quizá lo que más nos interesa es porqué un muchacho que podría haber estado sentado entre el público, de repente, entra a la sala y nos dice que la función no se va a representar.



A pesar de todo esto, La actriz ha muerto muere poco a poco a lo largo de sus 50 minutos. Aprovechando bien el espacio de la sala pero con una pobre escenografía, peca de lentitud y le falta fuerza. Echo de menos una historia que me enganche. Sato Díaz podría haber explotado ese estado de catarsis que pretendía causar en el espectador. “Están asesinando actrices. Una aquí, otra en Sevilla, dos en Bilbao”,… Genial idea que se pierde como esa actriz que muere y nunca llegaremos a conocer. El personaje sin nombre nos la muestra, interpreta a la actriz que interpreta a la Señora Rowland, aunque anhelo verle la cara, su expresión. Sato Díaz juega consigo mismo, con los personajes a los que da vida, hasta tal punto que se fusiona con ellos, ese espectador que llega tímido al escenario se ha transformado, ya no es él. Desde luego, Sato Díaz se arriesga, siempre acompañado por la directora Carmen Losa, al enfrentarse sólo ante el peligro ante un texto escrito por él mismo pero no se entrega, falta carne por poner en el asador. La actriz, su actriz, ha muerto y no sabemos por qué.

laactrizhamuertocartelBaja.jpg


 Últimas  
 Criticas  
bottom of page