Interrupted, la vida se para ahora
Dos metros cuadrados. Una vida aparentemente normal. De casa a la oficina, de la oficina a casa, por el camino quedo con algún chico, veo a mi madre,… La vida de Anabel, protagonista de Interrupted, es una vida que mejora día a día, un ascenso en el trabajo, la llamada del chico que le gusta,… Pero esa maquinaria no siempre funciona como uno quiere y su vida se convertirá en un auténtico caos sin que pueda hacer nada para evitarlo. Andrea Jiménez y Noemí Rodríguez dirigen esta pieza de absoluta creación colectiva en la que el espectador se verá inmerso en una vorágine de sensaciones e imágenes visuales que no le permitirán parpadear.
Lo que más me llama la atención de Interrupted es la creatividad y el ingenio con el que está hecho. Hay muchas maneras de contar una historia y las actrices que han creado este espectáculo han optado por juntar sus mejores armas y atacar al público con imágenes y talento. Interrupted ganó el Talent Madrid en 2013 y también el Premio a Compañía Emergente en el London Mimetic Festival. Con estos datos, sabíamos que íbamos a ver algo novedoso y la compañía Teatro En Vilo no nos ha defraudado.
Una protagonista, Anabel, interpretada por Andrea Jiménez, y tres actrices que la acompañan, que son su sombra, sus objetos, su casa, su oficina, su vida. Además, estás tres actrices interpretan varios papeles a la vez. Su vecino, su secretaria, su jefe, el chico que le gusta, la señora de la limpieza,… Un trabajo corporal que hace que la creación de personajes sea más interesante. Interrupted bebe de las cuatro actrices, se complementan, respiran juntas, un eficaz ejercicio de coordinación y concentración. Noemí Rodríguez está enorme en sus diferentes papeles y tanto Esther Ramos como Ariana Cárdenas componen sus personajes con absoluta diversión. Un proyecto coral en la que el buen hacer de cada actriz provoca que la función sea un éxito. Buen trabajo también con los objetos que utilizan en escena e interesante construcción del coche que utiliza la protagonista.
A lo largo de la obra Anabel se va convirtiendo cada vez más en marioneta de su propio destino. Sus sombras juegan con ella, se divierten y por minutos desmontan su vida cuadriculada. Un espectáculo lleno de comedía, de crítica a la sociedad preestablecida, que no permite salirse de un rebaño en el que supuestamente debemos ser felices, y de ganas de hacer algo diferente y de innovar.