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Tengo tantas personalidades..., textos bien conjugados


Siempre prefiero una obra teatral que me cuente una historia de principio a fin pero cuando se me ofrece una especie de vodevil en el que hay música, canciones, escenas teatrales y talento, me dispongo a deleitarme con cada aportación nueva que dicha obra me presenta. Tengo tantas personalidades que cuando digo “te quiero” no sé si es verdad es un “collage”, como el propio dramaturgo Jesús Cracio lo define, de textos de Max Aub, bien escogidos y ensamblados. El reparto responde con amor a cada uno de los pasos que dan por las vías del tren de la vida. Dispóngase a sorprenderse.


Max Aub es uno de los escritores hispano-mexicano que el Teatro Español nos descubre en forma de homenaje. En esta ocasión, el homenaje es delicado, con sentimiento, con humor y con profundidad. Palabras bien dichas que calan hondo. En el montaje que dirige Cracio hay un poco de todo. Es ágil, pasa volando y descubre una buena manera de hacer teatro, de unir diferentes eslabones de cadenas para hacer un todo con gran forma y fondo. Las manos al piano de Celia Laguna son las encargadas de fusionar escenas de diferente origen y temática, aunque todas tratan del espíritu del ser humano.


“El tiempo nos tiene encadenados”, el tiempo cíclico que expone Max Aub y que Cracio muestra con los actores deslizándose paso a paso por las vías del tren, caminan con maletas en la mano, la golpean, corren y vuelven a pasar. Como el viaje de la vida. Cracio no rechaza ningún texto de Max Aub, la narrativa la expone con la lectura directa, el teatro se escenifica, y la poesía quizá se cante. Destaca dramáticamente la escena que protagonizan Miranda Gas, con la que pudimos disfrutar en Los nadadores nocturnos, y Marc Clotet en la que el espíritu nazi es cuestionado por un propio nazista. Tremenda escena y cómico final. Gas emociona y Clotet está en su sitio aunque con su trabajo tengo un pero, me gustaría que rompiese su corrección, que jugase más a la hora de actuar. Tierna y sensible la escena a dos voces de Marta Belenguer, divertidísima en el número musical y en general un buen aporte de humor su interpretación, y Carmen del Valle donde el amor muestra sus múltiples caras. Mujeres que esperan algo más, que huyen del amor sin ganas. Gran trabajo de máscara en las pinceladas de los presos explicando sus motivos para asesinar. Y cruda escena que comparten Juan Calot y Julián Ortega con el eslogan “vengo a venderme”.


Un trabajo actoral excelente, medido, en el que el elenco va por encima del individuo, donde todos tienen su espacio, su momento. Sin duda, Max Aub disfrutaría con su homenaje ya que despierta emociones y es tremendamente contemporáneo. Libros, textos, palabras, juegos escénicos. Todo tiene cabida en este collage teatral que nos propone Cracio. Un gusto exquisito.Todo un acierto.


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