Milagro en casa de los López, vuelve Mihura
Milagro en casa de los López es una comedia de criados y señores, de criadas y señoras y de intrusos, de huéspedes que llegan por casualidad. Es una comedia de enredos donde Mercedes y Jerónimo harán, o dejarán hacer, lo imposible por salvar un matrimonio que ya está marchito. Esta obra de Miguel Mihura hace cincuenta años que no se pone en pie y Manuel Gancedo ha decidido darle vida con una gran pareja protagonista, una espléndida Nuria González y un cómico Carlos Chamarro y, además, en un espacio al aire libre estupendo para las noches de verano, la terraza del Teatro Galileo.
La verdad sea dicha, Mihura es un rey de la comedia de su tiempo. Es cierto que sus obras precisan de una adaptación que las haga actuales y las atraiga al público de ahora pero sólo necesitan unas dosis de modernidad en la superficie para que el trasfondo sea atractivo. La base está y es universal.
Manuel Gancedo dirige esta comedia con descanso donde el público se pasará toda una primera parte pensando qué va a ocurrir, cuál es la explicación de todo esto y una segunda parte en la que se dejará llevar por una serie de enredos e infortunios. Los primeros minutos presentan a los personajes con demasiada parsimonia, peca de lentitud en las escenas. Todo para llegar a un segundo acto en el que la historia y sus personajes pisan el acelerador y otorgan a la historia el ritmo que necesitaba, dejando a los espectadores con un dulce sabor de boca.
No puedo alabar más a Nuria González, es espectacular. Cada gesto, cada movimiento, todo lo que hace está pensado de una manera tan justa que resulta natural, geniales sus momentos con la copa. Crea un personaje cómico del que no puedes apartar la mirada cuando está en escena. A su lado, Carlos Chamarro también se luce y juntos tienen escenas muy divertidas como en la que se van a hacer sus ejercicios de pilates al jardín. En escena les acompañan una criada llorica interpretada por Elisa Lledó, un criado que sabe más de lo que parece, al que da vida Juan A. Molina, una huésped con ganas de carne masculina, Ana Mayo, y un huésped extraño con arte para lo mágico, que interpreta Nacho del Valle, una sorpresa y una alegría verle en este tipo de montaje, aunque con este personaje vuelve a caer en recursos ya conocidos.
Divertidos enredos, comicidad al estilo Monty Pyton, capacidad para resolver, espectacular el momento en el que suena una sirena de bomberos que no para y lo integran –es lo que tiene actuar al aire libre-, alivio cuando para, situaciones estrambóticas e increíbles que no tienen explicación, intriga y absurdo. Milagro en casa de los López es una divertida comedia para pasar las tardes de verano al aire libre. Mihura está dentro de nuestra idiosincrasia, sabe reflejar la vida de los españoles, en este caso la de los de clase alta, y darle una vuelta de tuerca para que su historia sea única, singular y sorprendente. Lo malo de esta obra, la explicación de la trama no está lo suficientemente cerrada ya que al final no logramos captar el milagro. Que cada uno entienda el suyo.