Ayuda, estas cosas pasan
Ninguno de los dos protagonistas de Ayuda se imaginaba que el día que se conocieron iban a ser vitales el uno para el otro. Arnold, banquero con una vida estable, mujer, hijas, una casa con jardín y un caballo al fondo del jardín. Lukas, empleado del hogar, inmigrante y farmacéutico. ¿Quién va en traje? ¿Quién en chándal y camiseta? Ayuda es un drama con tintes cómicos en el que dos seres humanos diametralmente opuestos serán mutuamente necesarios. Una apelación a la solidaridad, al enriquecimiento personal, al amor, a los ideales. Fefa Noia dirige este texto de María Goos donde pone en escena a David Luque, en otras funciones está Ernesto Arias, y a Óscar de la Fuente.
Una introducción interesante, atractiva y atrayente. “A este hombre que veis aquí, le acabo de prometer que le voy a regalar 40.000€”, ¿Por qué?, nos preguntamos. La trama de esta obra será la respuesta a esta pregunta. A Arnold lo acaban de despedir del trabajo, lo acaba de dejar su mujer y con ella se ha llevado a sus hijas. Además, le ha salido una hernia que lo obliga a estar tres meses en reposo. Mala situación, señores. A su lado, su empleado de hogar durante siete años, al cual ni siquiera conocía, será su única compañía.
Bajo esta perspectiva, nos encontramos con una obra por momentos cómica, por otros dura y realista. Quizá ese es su gran pero, no tener un estilo definido. Ni apuesta por la comedia, ni sus personajes se entregan al drama que es su vida. Un punto intermedio que no termina de funcionar. “Estas cosas pasan, no es la primera vez”, dice nuestro protagonista. Fisuras de una vida bien planteada que se derrumba en un segundo. Lukas será una ayuda, a simple vista desinteresada, que lo acompañará en sus noches de soledad y en sus días de desconcierto. Poco a poco, se irán acercando el uno al otro y acabarán entendiéndose como si fuesen de la misma familia. O eso es lo que parece. Ayuda tiene dos finales marcados, uno positivo, altruista e irrealista y otro que marca la verdadera esencia del ser humano, egoísta y con principios frágiles.
Oscar de la Fuente sigue siendo fiel a su esencia. Realiza un buen trabajo corporal, vocal y derrocha energía. Logra crear un personaje tierno pero siembra la duda de si verdaderamente es sincero. Él es el creador de los grandes momentos cómicos y dramáticos de la obra, muy bien medidos, por cierto. David Luque realiza un trabajo notable, especialmente tierno el encuentro con sus hijas, donde lo vemos con el punto justo de afectación. No podemos decir lo mismo de otros momentos en los que su drama no termina de afectarle, a pesar de que el choque debe de ser brutal. No sé si la decisión de dirección por parte de Fefa Noia ha sido la de optar por recrear el drama desde el futuro y desde lo ya pasado y superado, pero creo que va en contra del drama del personaje. No obstante, me parece muy interesante la manera de contar la historia y la estructura dramática de la misma. No le interesa la linealidad temporal.
Ayuda es una clara reflexión sobre la solidaridad humana, sobre la fina línea que separa lo altruista de lo egoísta y sobre dos hombres que, viniendo de dos mundos totalmente diferentes, pueden encontrar lazos profundos de unión, aunque sea sólo por un instante.