Alumbrar, bienvenida Yerma embarazada
Una experiencia única. Con la sensación de haber vivido una experiencia única e irrepetible salí de la función Alumbrar, protagonizada por Miluka Suriñach y su bebe. Emotiva, emocionante, cómica y poética. Un viaje a través de las emociones de una Yerma de carne y hueso, de una mujer deseosa de lo que tiene en su vientre que consigue, por fin, alimentar y alumbrar a la criatura deseada. Carlos Martín-Peñasco orquesta esta canción mezcla entre bachata y balada melancólica.
Alumbrar es un viaje por las emociones de una mujer desde el momento en el que decide que quiere ser madre hasta el octavo mes de gestación. El gusano se vuelve mariposa y sus alas se agitan gracias a la energía del pequeño ser que habita en su interior. Multitud de situaciones y personajes acompañarán a Miluka en esta odisea que es la maternidad. El fin del viaje llegará cuando una nueva criatura amanezca en su vida.
Enalbada en hilo rojo –rojo sangre, rojo pasión, rojo vida- nuestra protagonista sufre, se ríe, se indigna, llora, se acongoja ante la posibilidad de no poder ser madre, y crece cuando consigue serlo. Alumbrar tiene un comienzo un tanto descafeinado. Linterna en mano, Miluka habla y llora pero no llega a convencernos. Es cuando se descubre a sí misma, cuando se enfrenta cara a cara con el espectador es cuando logra captar toda su atención y nos sumerge en una espiral de emociones y sentimientos. Reímos y lloramos con ella, vivimos sus miedos. Visualizamos a su madre, su padre, su ginecóloga,… todos y cada uno de los personajes que Miluka interpreta con acierto y diferenciación. Quizá echamos en falta mayor ritmo y una manera más efectiva y arriesgada de enlazar las escenas y los personajes, pero el resultado final es un monólogo al que el espectador no puede quitar ojo. Momentos divertidos durante toda la obra que preparan al público para el emotivo y esperado momento final. Dos seres en el escenario, uno dentro del otro, único.
Y como no podían obviarse, tenemos referencias a Yerma de Lorca, alusiones muy bien calzadas y tratadas con amor. Miluka afronta este texto como algo profundo, personal, será el texto más personal que interprete en su vida, y entrega, valiente y sin recelo, la experiencia de su maternidad al espectador. Muchas gracias por este regalo.