Entre tu deseo y el mío, homenaje a las madres
Entre tu deseo y el mío es un homenaje a las madres, un homenaje duro y cruel, con palabras de odio y desengaño pero es un gracias rotundo a esas mujeres que, pese a los pesares, nunca nos abandonan y siempre estarán a nuestro lado. Una obra familiar, protagonizada por María Botto, dirigido por Cristina Rota en base a un texto de Juan Diego Botto, es una obra que todo artista debe de ver porque es un canto a la lucha de toda vocación y a unos deseos irrefrenables de ser lo que uno quiere ser y no lo que le impongan. Todo está contado desde lo opuesto pero es sencillo indagar en lo que los Botto nos quieren contar.
María se presenta rota, hundida, borracha y adicta a las pastillas, al borde del suicidio. Entre tu deseo y el mío es una retrospectiva sobre cómo esta mujer ha llegado al punto en el que está. Nos canta Over the rainbow con una voz rasgada, de ultratumba, para luego cantarla dulce y armoniosa como la niña que fue. Una niña que iba a clases de canto en vez de ir a las excursiones del colegio porque su madre creía en su talento.
María recuerda, María se emociona y odia recordar. El texto que Juan Diego Botto escribe para su hermana está impregnado de dolor. Su hilo argumental parece flojear al principio, habla de recuerdos, de azares, de justificaciones, de señales,… sin llegar a una idea central. A medida que avanza la obra el texto se impone y decide ser fuerte y fiel a la relación de una madre y una hija que nos cautiva. Las escenas entre ellas dos son impecables, con un toque de un humor al que yo llamo triste. Ríes pero con lágrimas en los ojos. Es un texto vivo, que emerge desde dentro y se adentra en los sentimientos más profundos de los espectadores, sobre todo si alguna vez has sentido que no vales para lo que ansias dedicarte, preguntas como “¿y si este es mi tope?” o “¿y si ya he llegado a hacerlo lo mejor que se?” son amargas pero contundentes. Hay profesiones que nadie te las puede imponer, tienen que ser una decisión propia y segura, sin dudas porque al final, acabarán arruinándote la existencia. La infelicidad de una profesión dura y pasional.
Entre tu deseo y el mío habla de la libertad humana, de la necesidad de ser alguien más allá del éxito o el fracaso y demuestra que María Botto ha nacido para este personaje igual que este personaje ha nacido para María Botto. Dura, fuerte, con un cuerpo deconstruido, genial en los cambios vocales, sentimental en las canciones,… Convence. Una obra que tampoco podría ser la misma sin el paso fuerte de Carmen Balagué. Las escenas ganan con su presencia y tiene el punto justo de humor que necesita su personaje, el idóneo para que el drama aflore y las quejas se vuelvan verdad. Mateo Bosch, por su parte, sale demasiado tarde a escena y su presencia puede parecer obviable, el público está ya cautivado con la relación de la madre y la hija que sumarle un tercer personaje físico a la obra es innecesario. A pesar de esto, Bosch cumple con su cometido.
María Botto te impregna de sentimientos y consigue que toda la obra se dirija a un final imperdible. Entre tu deseo y el mío puede pecar de lentitud, a veces de falta de ritmo en las transiciones pero todo se olvida en un monólogo final que abre los ojos y los oídos del espectador dejándole un mensaje claro para siempre. Pese a todo, gracias.