No hay mejor defensa que un buen tinte, la historia avanza
Los que se divirtieron con la historia de Lavar, marcar y enterrar se van a sentir satisfechos con el spin-off de uno de los personajes más carismáticos de la primera entrega. Sus manías, su particular manera de andar, su falta de expresividad hacen único a Fernando y el equipo de Montgomery Entertainment ha sabido aprovechar a este personaje con una nueva historia, la continuación. Juanma Pina vuelve a dirigir a Mario Alberto Diez con gran acierto y lo rodea de grandes personajes que corren a cargo de Carmen Navarro y Fran Arráez.
Después de la traumática experiencia acaecida en la peluquería donde Fer trabajaba como empleado, ahora abre su propio negocio y lo lleva al éxito gracias a la ayuda de Martha y Gustavo, sus dos empleados fieles. Su peluquería se convierte en un éxito y los hijos de Martha la encontrarán e irán a reclamarle una herencia millonaria. Ahí empieza la trama de No hay mejor defensa que un buen tinte.
No hay mejor defensa que un buen tinte tiene el mismo sello de Lavar, marcar y enterrar, aunque, en este caso, Fer lava, marca pero no entierra. Historias surrealistas, secuestros, secadores, pelucas y cadáveres en una peluquería. Es genial poder ver esta historia en Cortacabeza, el escenario lo da todo y te propicia a la credibilidad de la historia. El montaje, con sus elipsis también marca de la casa, ha mejorado en dinamismo, aunque no logra ser redondo ya que el desvario de la historia hace que a veces el ritmo flojee pero Pina consigue levantarlo captando de nuevo la atención del espectador. Muy cómicas todas las referencias a la precuela, aunque no es necesario haber visto Lavar, marcar y enterrar para ver y disfrutar esta entrega. Estupenda la rueda de prensa con una divertida intervención del público, que se muestra entregado.
Los personajes que crea Juanma Pina están, irremediablemente, sacados de una caricatura y llevados al extremo, pero resultan creíbles. Una comedia desenfadada que se hace grande gracias a las interpretaciones del reparto. Mario Alberto Díez consiguió crear un personaje inolvidable y la reacción del público provocó este spin-off. Aquí sigue su estela, aprovecha todo lo que la historia le da, y el público agradece poder conocer más a este personaje. Aún así, cede su espacio a dos grandes cómicos, dejándose eclipsar en algunas ocasiones. Personajes más desquiciados que él que interpretan Carmen Navarro y Fran Arráez. Navarro está pletórica y defiende este personaje con un texto rico y divertido. Sus mentiras son un recurso cómico muy acertado, ella no miente, adorna. Arráez, por su parte, da realismo a un personaje imposible, heterosexual, peluquero canino y transformista. Su segundo personaje será mítico aunque a veces llege a saturar, lo bueno si es breve, dos veces bueno. Los tres forman un tándem cómplice que engrandece la obra. Personajes víctimas del pasado que intentarán salir adelante con una única defensa, un buen tinte.
Estoy seguro que No hay mejor defensa que un buen tinte se convertirá en un éxito rotundo como lo fue Lavar, marcar y enterrar. Algunos fallos de esta última se han corregido aunque todavía es necesario levantar esos momentos en los que el público se dispersa por una situación demasiado rocambolesca. De todas formas, ha sido un gran acierto crear este spin-off.