top of page

Dextrocardiaco, amores platónicos



El concepto dramedia dentro del teatro off ya me empieza a cansar, sobre todo cuando no aporta nada nuevo. ¿A quién te llevarías a una isla desierta? o Todo irá bien son dos grandes exponentes de este género. Amores minúsculos logró llegar al teatro de gran formato y ahora Dextrocardiaco intenta crear algo diferente sin conseguirlo del todo. Juan Arcones escribe y dirige esta historia de amores platónicos alcanzados en la que la comedia está metida con calzador. Por cierto, enhorabuena por el diseño del cartel.


Marc tiene un amor de adolescencia, dos amigas y un amigo. Un día se encuentra con su amor del instituto, Alejandro, en el cine y ahí comienza la historia. Bueno, realmente Dextrocardiaco comienza por el final. Sabemos que la historia de dos no acaba bien pero tendremos que ver porqué.

"Los amores platónicos... ¿mejor que sigan siendo platónicos?" Esta es la frase con la que el equipo de Dextrocardiaco sintetiza su obra. Realmente pensé que la trama iba a tener algo que ver con lo que se menciona al comienzo de la dextrocardía -una enfermedad cardiaca de origen genético en la cual el corazón se alberga en el lado derecho-, pero no es así. ¿Afectará eso al protagonista en sus relaciones? Si afecta o no afecta, no lo sabemos. El caso es que poco o nada se vuelve a hablar de esto a lo largo de la obra. Una pena, resultaba interesante. Quizá en la novela del mismo título sí se haga más hincapié -esta obra es una precuela de esa historia-, habrá que leersela.

En Dextrocardiaco nos encontramos con una historia sin demasiada originalidad pero que desprende un espíritu fresco y buen tratamiento escénico, algo que hace que el espectador disfrute de lo que Marc le cuenta. Sin embargo, tanto los momentos dramáticos como los cómicos están poco empastados. Arcones intenta dotar de una profundidad a su texto que no existe, es mejor no rebuscar y que salga sola, si es que tiene que salir. En cuanto a los momentos cómicos, parecen puestos a conciencia, con pegamento. Son los amigos del protagonista los encargados de dotar de humor la historia y estos personajes aparecen y desaparecen por antojo. Echamos de menos algún tipo de profundización en sus historias personales, sería una buena manera de justificar su presencia.

El elenco escogido por el director desprende frescura y energía. Si bien Ventura Rodríguez no nos convence en su monólogo inicial, a lo largo de la obra define con sutileza a su personaje y nos lo creemos totalmente. Genial la relación entre los dos protagonistas, muy bien trabajada, aunque hay algo en Álvaro Cea que nos despista. No consigue controlar su cuerpo, no termina de encajar en su personaje. Sin embargo, consigue transmitir con pulcritud los diferentes matices de Alejandro. Espectacular ese "secundario cómico" que Arcones se ha sacado de la manga. Brays Efe nos despierta y nos obliga a carcajear. Gag tras gag, sus apariciones son necesarias, monólogos que nos divierten. Efe carece de técnica pero transmite espontaneidad y poca vergüenza. Laura Put y Alba Fontecha cumplen con su cometido pero sus personajes se quedan en una superficie muy plana. Una pena, podrían explotarse más. Una cosa para los cinco, cuidado con la vocalización, la naturalidad está muy bien, pero el público tiene que enterarse del texto. Obligatorio.

Dextrocardiaco nos obliga a ser uno mismo en las relaciones de amor, a cuidar a nuestros amigos y a eliminar de nuestras vidas a la gente tóxica. Seguro que la continuidad de las funciones harán que esta historia cuaje y gane en ritmo. Tiene buena materia prima aunque necesita encontrar algo más que la destaque del resto de la cartelera madrileña.


Comments


 Últimas  
 Criticas  
bottom of page