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Pequeño catálogo sobre el fanatismo y la estupidez, el ser humano



El trabajo que Ignasi Vidal crea en Pequeño catálogo sobre el fanatismo y la estupidez te deja sobrecogido, con la respiración contenida y sin aliento. Cuatro historias, para nada pequeñas, que son sólo ejemplos de lo que el ser humano es capaz de hacer cuando el fanatismo es más poderoso que su mente. Miriam Montilla brilla con luz propia al lado de Paco Churruca y Diego Molero que responden con empaque en su cometido.

El ser humano es capaz de muchas cosas, buenas y malas. Aquí nos encontramos con cuatro tragedias divididas en dos actos. Todo tiene sus consecuencias. Canadá y la respuesta política y militar al secuestro de un ministro. Oriente Medio y el intento de huida de dos reporteros secuestrados. País Vasco y el enfrentamiento político dentro del seno familiar. Una ciudad española cualquiera y el impacto de una bengala tirada sin sentido en un partido de futbol.

Aprovechando el espacio que ofrece La Pensión de las Pulgas, Ignasi Vidal convierte dos de las habitaciones en diferentes escenarios y todos son creíbles. La oscuridad intencionada del desierto, una casa de finales de los 80, una barbería o una carcel. Historias con finales explosivos e inesperados que hacen que el público se quede helado. Todos los cuadros funcionan, ninguno se queda flojo y eso es un logro ya que muchas veces en estos tipos de espectáculos se vislumbra la niña bonita del autor. Aquí inevitablemente nos quedamos mudos en la escena final pero no por ello nos olvidamos de las anteriores, igual de potentes.

Si hay un elemento esencial para conseguir que estas historias sean creíbles tan de cerca es el reparto seleccionado por Vidal, donde destaca una impecable Miriam Montilla. Una actriz que no puedes dejar de mirar en cualquiera de sus personajes, aunque no haga ni diga nada. Todo está en su interior y no necesita nada más. Un lujo verla a centímetros de distancia y poder mirarla a los ojos. Espectacular en cualquier registro, tierna y maternal en la historia del País Vasco -me recuerda tanto a mi madre o esas abuelas andaluzas-, dura y sufridora en la última escena, comprensiva como mujer del reportero,... Paco Churruca está muy creíble como peluquero -¡quién no ha conocido a algún peluquero de caballeros con esa impronta!-, y nos asombra su cambio de registro en el último cuadro. Por su parte, Diego Molero, al que conocemos sobre todo por sus papeles cómicos en televisión, nos agrada en el registro dramático y nos convence su trabajo.

Sin duda alguna, Vidal nos quiere hacer reflexionar sobre la insensibilidad social ante hechos que empañan la tranquilidad del universo pero que no sentimos sí no nos tocan de cerca. Algunos hechos ya pasados, como el terrorismo etarra, pero que siguen sucediendo a kilómetros de distancia sin que nos pintemos las manos de blanco y salgamos a la calle. La hipocresía del racismo o el interés de las farmacéuticas por mantener vivas algunas enfermedades y lucrarse de ello son otros temas a tratar en Pequeño catálogo sobre el fanatismo y la estupidez. Una obra impactante y sorprendente, un trabajo minucioso y conciliador, despertador de conciencias.


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