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Vita brevis, confesiones de una mujer repudiada



Hay personajes históricos de los que tan sólo conocemos su lado bueno. Pero todos tenemos una cara oculta, el otro lado de la moneda que tan sólo descubren ciertas personas. Aquí nos habla Floria, la amante de San Agustín, santo, padre y doctor de la Iglesia Católica, uno de los grandes pensadores y filósofos del cristianismo. En esta carta relatada nos expone sus sentimientos más íntimos, sus celos, sus penas y su verdad. La cara desconocida. ¿Realidad o ficción? Supuestamente ficción pero quién dice que sus palabras no podrían ser ciertas. Joaquín Gómez realiza la adaptación teatral de esta novela de Jostein Gaarder y dirige a Nieves Castells en una interpretación contenida.


¿Puede seguir enamorada una mujer que ha sido rechazada por el amor de su vida y por su familia? Evidentemente, sí. El amor no entiende de rechazos. Incluso puede convertirse en obsesivo por este hecho. En el monólogo de Vita Brevis se vislumbra desde el minuto uno. Si Floria no siguiese enamorada de San Agustín, no diría ni la mitad de las cosas que dice. Rencor y celos. Son los dos ejes principales de su discurso. Y no es para menos ya que además del amor carnal, su amante le quitó el amor de su hijo, algo de lo que una madre no puede recuperarse.


En Vita Brevis nos encontramos con las palabras dichas, aunque suenen a escritas, de Floria. Una carta de una mujer del siglo V adelantada a su tiempo que reivindica, por encima de todo, su amor a la vida, más allá de hombres y deseos carnales. La complejidad de este montaje reside en la lejanía que siente el espectador ante lo que cuenta la protagonista. Los sentimientos son actuales, ¡qué duda cabe!, pero la manera de expresarse y de contarse suenan anticuados. No hablo de que haya que cotidianizar el texto ni traerlo a nuestro tiempo sino que existe una atmósfera de tedio griego que no acompaña a los sentimientos que se exponen. Entiendo que Gómez ha decidido optar por la contención pero necesitamos empatizar con la protagonista y el espectador no lo logra. Hay mil motivos para adorar a esta mujer, para comprenderla y para quererla, pero se nos presenta lejana y no logramos sentir los sentimientos como nuestros. Una pena, pues la idea del montaje es genial y pocas veces visto.


Nieves Castells realiza un trabajo limpio y con precisión pero ese distanciamiento provoca que su historia se nos quede algo fría y la emoción no surja. Hay momentos trágicos y de rabia que parecen que vienen solos, sin motivación interna, y es que para llegar a ese nivel de tragedia que te exige el texto, la actriz necesita cargarse mucho. Y aquí no se consigue. Necesitamos que Floria se abra en canal, y no sólo escuchemos sus palabras como si de una lectura dramatizada se tratase.


Vita Brevis es un buen inicio para contar una historia interesante y unos sentimientos muy potentes, pero el montaje ideado por Gómez deja frío al espectador y tiende a la linealidad. Hay muchos más juegos teatrales a los que recurrir y que pueden hacer que Vita Brevis mejore sustancialmente, y así poder ver una adaptación realmente teatral. El amor, la continencia, el desprecio, sentimientos fuertes para una buena tragedia que no hay que hacer a medias tintas.


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